Cuando el closet de tu nuevo departamento está organizado, todo es más fácil de encontrar. Eso significa que siempre sabrás la ubicación de tu suéter favorito, tu preciado par de jeans, y tu camisa para ir a trabajar.
La forma en que organices tu armario variará ligeramente según el espacio que tengas, el tamaño de tu armario y el tipo de vida que lleves. Sin embargo, los siguientes pasos que te ofrecemos en Century 21 se pueden adaptar a cualquier tipo de closet:
1. Reúne los suministros para la organización de tu armario, incluyendo una cesta y una cinta métrica.
2. Vacía el armario de todo el contenido: ropa, zapatos, organizadores de armario, etc.
3. Limpia tu armario.
4. Revisa el contenido de tu armario y dona, recicla o venda las prendas de vestir, zapatos y accesorios que ya no necesitas.
5. Evalúa las soluciones de almacenamiento para asegurarte de que se adapten al espacio disponible y funcionen con tu ropa, zapatos y accesorios.
6. Organiza tu ropa, zapatos y accesorios de nuevo en tu armario agrupando los artículos similares
7. Piensa en un plan para mantener tu armario organizado para que nunca más se convierta en una fuente para el desorden.
Lo que necesitas para organizar tu armario
El primer paso para organizar tu armario es asegurarte de que tienes las herramientas y suministros adecuados a mano antes de empezar. Resiste la necesidad de comenzar este proyecto después de un largo día de trabajo.
Para poder organizar tu armario a largo plazo, tienes que hacer un poco de trabajo de preparación y encontrar tiempo en tu calendario cuando tengas 2 o 3 horas para comprometerte con el proceso.
Entre las herramientas fundamentales para organizarlo se encuentran:
Bolsas de compras: Bolsas resistentes para transportar la ropa al centro de donación, al sastre y a la lavandería. Si no tienes bolsas, las cajas y los cubos de basura te servirán en un apuro.
Cinta métrica: Para medir el espacio de las estanterías y los colgadores. No olvides un cuaderno y el utensilio de escritura que elijas para anotar las medidas.
Espejo de cuerpo entero: Para decidir entre «tirar» y «guardar», asegúrate de que tu espejo actual muestre todo tu cuerpo.
Una canasta especial: Monedas sueltas, papeles, pinzas para el pelo, billetes y recibos variados que encontrarás en los bolsillos de los pantalones. No quieres tener que detenerte en el medio para archivar estos pequeños artículos, así que por ahora déjalos a un lado en tu canasta especial.
Además, ten una idea de lo que vas a hacer con la ropa. Tienes tres opciones: donar, rehusar o tirar a la basura. Intenta donar y rehusar tanto como sea posible, mientras que la basura es en realidad sólo para los artículos que no pueden ser reparados/usados.
Vacía y limpia tu armario
Si estás acostumbrado a meter la ropa en tu armario, esto va a ser raro, porque estás a punto de sacar todo y probablemente encuentres algunas cosas metidas en un rincón trasero que has olvidado. Saca todo del armario, incluyendo perchas, cestas, cubos de basura y cualquier otra cosa que pueda estar en el suelo o en los estantes.
Necesitas un espacio claro y limpio para planificar y visualizar cómo vas a reorganizar tu armario. Primero, desempolva las estanterías y las barras para colgar. Luego, pasa la aspiradora o barre y trapea el piso. Por último, limpia las estanterías, las barras colgantes, las paredes y los zócalos con un buen limpiador multiusos. No olvides las cestas o cubos que puedan estar acumulando suciedad y polvo.
Revisa tu ropa, zapatos y accesorios
Ahora viene la parte que has estado esperando. Algunas personas temen esta etapa porque les encanta aferrarse a las cosas que podrían necesitar algún día o que estuvieron a la moda. Concéntrate en lo que debes conservar en lugar de lo que estás desechando.
Los armarios son espacios finitos, así que elige sabiamente cuando renuncies a una prenda valiosa y prepárate para separar tu ropa en pilas distintas:
Guardar: Todo lo que amas y usas a menudo.
Donaciones: Estos artículos deben estar en buena forma.
Basura: La ropa que va en esta pila incluiría cualquier cosa manchada que no pueda ser reparada, desgarrada, irremediablemente pasada de moda o cualquier cosa que te avergüence donar.
Cuando intentas decidir si te quedas con algo o no, es útil hacerte estas preguntas:
¿Te gusta?
¿Lo usas?
¿Proyecta la imagen que quieres retratar?
Si la respuesta es sí a las tres, entonces puedes colocar con confianza ese objeto en la pila de guardar.
Si realmente lo estás pasando mal, entonces crea una pila de “tal vez”. Pon tu pila de «tal vez» en un cesto de ropa y vuelve a revisarla en 1, 3 o 6 meses. Si te olvidaste estos artículos o nunca pensaste en usarlos, puedes donarlos.
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